1. Elegir el ticket ideal.
El complejo se encuentra abierto desde las 5 de la mañana hasta las 18.30.
3. El momento imperdible: el atardecer y el amanecer.
Una de las imágenes que más se repite de las ruinas de Angkor es la del templo de Angkor Wat durante el amanecer y el atardecer. Conviene averiguar en el hotel o en alguna agencia de turismo los horarios en que el sol aparece y desaparece del horizonte según la época del año que visitemos el complejo. Cuando nos preguntan qué imagen es más linda, siempre respondemos lo mismo: las dos valen la pena. Personalmente los colores de los atardeceres me gustan más, pero la imagen del amanecer en Angkor Wat es muy típica y es la imagen inmortalizada por miles de cámaras y viajeros.
Igualmente, existen otras opciones para aquellos que puedan y quieran estar en más de un atardecer en las ruinas. Una de ellas es subir al templo Phnom Bakkheng, en una colina, desde donde se puede observar un lindo atardecer sobre la selva. Para subir al templo algunos elijen la opción de hacerlo en elefante, pero no creemos que valga la pena, ni por el camino, ni por los elefantes.
En todo el complejo hay sectores donde se agrupan varios puestos de comida y bebidas. Los precios son más altos que en la ciudad, pero accesibles. Una opción para todos aquellos que no quieran gastar dinero en el almuerzo es llevarse algo de pan, queso y verduras para prepararse unos sándwiches bajo la sombra de algún árbol.
Además, suele haber mujeres que ofrecen unas riquísimas piñas (ananá) ideales para refrescarse un poco en alguna parada durante el recorrido.
Eso sí, cada vez que decidan frenar la marcha de la bicicleta para descansar o bajarse del vehículo en el que están para recorrer un templo es muy probable que muchos niños y mujeres se acerquen hacia ustedes corriendo y gritando todo lo que tienen para venderles: comida, piñas, libros, postales, bebidas, recuerdos, etc...
No existe una única manera de visitar el complejo de Angkor, pero lo recomendable es seguir los dos circuitos principales: el circuito chico y el circuito grande. Si tienen el ticket de tres días, les recomiendo hacer el primer día el circuito grande, el segundo, el chico y el tercer día dedicarlo a perderse por el complejo, a descubrir pequeños templos que los primeros días podemos pasar por alto o a visitar nuevamente aquellos que más nos gustaron. Esto último es lo que nosotros hicimos con el templo Bayón. Este templo se encuentra en el centro de la ciudadela de Angkor Thom, presenta 216 caras de Avalokiteshvara (el Buda de la compasión) y fue uno de los que más nos impresionó.
Si sólo tienen uno o dos días, puede ser mejor idea contratar algún medio de transporte con conductor y dedicarse a los principales templos. Pero como siempre decimos, todo depende de los gustos e intereses de cada uno.
Otra de las visiones más impactantes es prestar atención a cómo los árboles se fueron “comiendo” los templos y sus raíces “mantienen atrapadas las rocas”. Lo mejor es que esto no sólo se puede ver en los templos de Ta Som o Ta Prohm, sino que en muchos sectores del camino se percibe lo mismo y es fácil descubrirlo cuando uno los recorre en bicicleta.
Sin dudas, un lugar mágico para descubrir, perderse y sorprenderse. ¡Que lo disfruten!