Dinámico, exótico, sorprendente, adictivo, los adjetivos se acumulan para definir Vietnam, uno de los destinos turísticos más atractivos del planeta en los últimos años. Se trata de un país tan variado como alargado y estrecho por lo que, la mayoría de viajeros, dependiendo de donde vengan, deciden recorrerlo de norte (Hanoi) a sur (Ho Chi Minh City) o al revés. En nuestro caso proponemos diez experiencias imprescindibles recorriendo el país de arriba a abajo.
1. Hacer la ruta de comida callejera en Hanoi
Allí donde fueres haz lo que vieres. Muchos viajeros son algo reticentes al principio ante la comida callejera pero en Asia es algo habitual y una experiencia indispensable
que en Vietnam puede llegar a ser exquisita. Cuando
visitar Hanoi no os quedéis sólo con las estampas del Templo de la literatura o la peregrinación obligada al mausoleo de Ho Chi Minh. De ninguna forma debéis pasar la street food por alto, especialmente mientras callejeáis por el centro histórico donde cada puesto se especializa en un plato. Allí encontraréis algunas de las especialidades vietnamitas preparadas aún mejor que en cualquier restaurante.
Street Food en Hanoi: elimina prejuicios y disfruta
2. Hacer trekking y conocer a los Hmong en Sapa
Si bien Sapa se encuentra al norte de Hanoi, lo normal es visitarla tras conocerla. A cincuenta kilómetros de la frontera con China y enclavada entre las montañas más altas del país, Sapa se presenta como el Vietnam más autóctono (aunque cada vez es más turístico). La ciudad no es especialmente vistosa pero su halo misterioso, al estar casi siempre envuelta en la niebla y rodeada de colinas verdes, la dotan de un encanto especial. Los paisajes de los alrededores son impactantes y se pueden conocer haciendo senderismo o en moto. Además podréis tener contacto con los Hmong, un pueblo tan simpático como persistente. Para llegar a Sapa desde Hanoi podéis ir directamente en autobús o en un romántico tren con parada en Lao Cai, desde donde un microbús os hará descubrir los cautivadores paisajes de la región hasta llegar a nuestro destino.
Pueblo Hmong de Sapa
Halong Bay es uno de los must no sólo de Vietnam sino de todo el Sudeste Asiático. Las miles de islas de piedra caliza, formadas por la erosión a través de los siglos, conforman una postal que, no por ya vista en documentales y fotografías, debe dejar de contemplarse con los propios ojos. Existen varias opciones para visitar la bahía pero saliendo desde la
isla de Cat Ba podréis acceder a áreas menos masificadas como la bahía de Lan Ha y además su parque nacional constituye un destino en sí mismo. Las excursiones en la bahía de Halong pueden ser de uno, dos, o tres días y en ellas es recomendable coger un kayak, practicar esnórquel y bañarse en sus calas.
Bahía de Halong desde la isla Cat Ba
4. Remar con los pies entre las montañas de caliza de Tam Coc
A poco más de 90 kilómetros al sur de
Hanoi se encuentra Ninh Binh, la puerta de entrada a los maravillosos escenarios que surca el río Ngo Dong. Mucho menos conocido aún que Halong pero con un turismo creciente, los paisajes de Tam Coc son un complemento ideal para la Bahía de Halong y, de hecho, la sucesión de rocas que rodean sus aguas son conocidas como el Halong de tierra adentro. Lo curioso es que mientras surcamos el río podéis remar con los pies en las barcas diseñadas a tal efecto para echar una mano, o en este caso un pie, a las sufridas vietnamitas que así se ganan la vida.
Montañas calizas de Tam Coc
5. Visitar las cuevas del parque nacional de Phong Nha-Ke Bang
Más al sur de
Ninh Binh se sitúa un parque nacional que la Unesco ha catalogado como Patrimonio de la Humanidad por merecidas razones. Entre bosques tropicales y picos vertiginosos, el parque de Phong Nha-Ke Bang alberga un auténtico paraíso para los amantes de la espeleología con algunas de las cuevas más espectaculares del mundo. Se trata de auténticas catedrales subterráneas que deslumbran por las formas, colores y longitud de sus estalacticas. Mientras Phong Nha Cave es visitable en barco, Paradise cave lo es a pie y está considerada la cueva seca más larga del mundo mientras Hang Son Doong es la más grande del mundo aunque las visitas privadas para recorrerla encarecen considerablemente la visita.
6. Pasear e ir de compras en Hoi An
Hoi An es la Venecia de Vietnam, una ciudad encantadora en la que relajarse un par de días. Antigua ciudad portuaria hoy surcada por el río Thu Bon y Patrimonio de la Humanidad, no le falta de nada. La arquitectura de la ciudad vieja mezcla templos chinos con puentes japoneses y construcciones vietnamitas que han respetado el estilo para mantener la armonía. Entre ellos presenta una gran oferta culinaria a través de estilosos restaurantes y tiendas de artesanía donde las compras son casi obligatorias y hacerse un traje a medida una decisión muy habitual. Además de sus numerosos encantos, Hoi An tiene a un paso playas a las que podremos llegar tranquilamente en bicicleta.
Río Thu Bon en Hoi An
7. Perderte en motocicleta
En Vietnam el transporte mayoritario es la motocicleta y es habitual ver a familias de tres o cuatro miembros cabalgando una scooter para llevar a los niños al colegio. Si bien en las grandes ciudades conducir en moto puede ser estresante al principio, en determinadas zonas rurales o de montaña es un auténtico placer y te permite una libertad de movimiento que de ninguna forma tendrás en una excursión contratada. Si no os atrevéis, siempre podéis contratar un conductor e ir de paquete. Un destino perfecto para hacerlo son las Marble Mountains y las ruinas que podéis encontrar al sur de Hoi-An ya que en esta zona hay buenas carreteras y no demasiado tráfico.
8. Disfrutar del paisaje de montaña de Dalat
El café vietnamita es uno de los más afamados del mundo y la región de Dalat, en las highlands vietnamitas, es una de sus cunas, así como la zona donde más arraigado está el cristianismo en un país de clara mayoría budista. Conocer sus paisajes y viñedos entre el olor de sus cafetales es una experiencia para los sentidos y puede completarse visitando varios lagos, cascadas y fábricas de seda que se encuentran en los alrededores. Eso sí, hay que ir bien abrigado porque por las noches refresca. Dalat es también el punto de partida para emprender una excursión Easy Rider en moto a través de alguna de las agencias locales que ofrecen rutas pilotadas de un par de días hasta Mui Ne o Nha Trang.
9. Hacer kitesurf y relajarte en las playas de Mui Ne
Mui Ne es un enclave surfero ruso en Vietnam. Así de primeras puede sonar raro pero es que la herencia de las relaciones entre la antigua URSS y los países de su órbita hacen que la presencia rusa en comercios, restaurantes y turismo sea aún importante en la costa de Vietnam. Lejos del turisteo de sol y juerga de la saturada Nha Trang, Mui Ne ofrece un oasis de calma para aquellos que quieran probar el kitesurf, hacer una ruta en buggie entre dunas o simplemente relajarse en sus magníficas playas.
Playa de Mui Ne
10. Navegar el delta del Mekong
Si bien Ho Chi Minh City, la antigua Saigón, puede ser decepcionante y algo estresante, es el punto de partida de la mayoría de las excursiones que surcan el delta del Mekong y que nos permiten atravesar este río milenario y visitar sus mercados acuáticos durante uno, dos o tres días. Se trata de una experiencia que nos permitirá conocer un modo de vida al que no estamos acostumbrados en Occidente y que hace del agua el elemento vehicular de la existencia de muchos vietnamitas.
Mekong Delta
Estas son sólo diez experiencias que tendréis a vuestro alcance en Vietnam pero las opciones son muchas más. Esperamos conocer vuestras experiencias tras conocer un país que nunca podréis olvidar.